martes, 19 de agosto de 2008

¿Qué debe hacerse para mejorar la Economía Mundial? (III)

(Continuación de la nota del 18/08/08) Los resultados de la globalización son ambiguos. Por un lado, se registra un acelerado progreso técnico, un fuerte aumento de la productividad, una reducción de la pobreza, y una creciente interconexión de la humanidad que permite crear nuevas oportunidades. La economía mundial, en los últimos 25 años, ha crecido a una tasa media de 2,9%, aunque inferior al 4,5 % registrado durante los 30 años (1945 a 1974). Pero por el otro, también encierra riesgos y problemas aún no resueltos, como el acelerado proceso de concentración económica, la mayor desigualdad distributiva que debilita la cohesión social, y la brecha cada vez mayor entre los ingresos por habitante del mundo desarrollado y el de países más necesitados. En un mundo como el que vivimos, las personas necesitan recibir capacitación para los puestos de trabajo, y eso implicará programas de capacitación que sean flexibles a las circunstancias. Las instituciones comunitarias de enseñanza superior son una de las maneras más eficaces de obtener la capacitación necesaria. El reto es más bien seleccionar la combinación correcta de medidas para mejorar los rendimientos de la globalización y reducir al mismo tiempo los costos sociales. Los estudios de los países muestran que, en contraste con la idea de que los gobiernos son impotentes ante la globalización, las políticas interiores pueden influir considerablemente en la relación entre la globalización y el progreso social. Las nuevas tecnologías que se están incorporando en el clima de intensificación de las presiones de la competencia internacional tienden a exigir mano de obra más calificada, mientras que la demanda de mano de obra no calificada disminuye. Los ministros de Finanzas y gobernadores centrales del G8 deberán proponer y aplicar un plan para mejorar la transparencia en el sector financiero con el fin de evitar que se repita una crisis como la actual. Todo parece indicar que la mayoría de los miembros ya habrían aceptado el plan, que incluye medidas para evitar que los bancos se queden sin liquidez. Un plan, elaborado por el Foro de Estabilidad Financiera (FSF, en sus siglas en inglés), un grupo con sede en Suiza integrado por banqueros centrales y reguladores, están considerando medidas para mejorar el funcionamiento de bancos y firmas de valores. Las propuestas, de todos modos, persiguen más evitar que se repitan problemas como los actuales que solucionar los ya existentes. Por esta razón se espera que las medidas se apliquen en forma rápida y efectiva. El programa exigiría que las firmas de calificación de riesgo ofrezcan más información sobre cómo evalúan los valores, sobre todo los activos financieros más complejos. Algunos analistas culpan a esas agencias de haber atraído a inversores hacia activos peligrosos vinculados al mercado de hipotecas de alto riesgo, ya que los citados activos gozaban de una buena calificación. También los programas considerarán además que los bancos centrales tengan una mayor flexibilidad a la hora de inyectar liquidez en los mercados en momentos de crisis financieras. Si el mundo actual es mejor o peor que el anterior (el de hace 50 o 100 años) ¿ qué ocurrirá con el impacto que se avecina con el calentamiento de la Tierra? ¿Cómo se respetará el medio ambiente?, ¿cómo se atenderán las situaciones de pobreza en vastas regiones del planeta?, ¿cómo se alcanzarán las metas del Milenio?, ¿qué mecanismos se implementarán para evitar el aumento de la desigualdad?, ¿qué se hará para mantener la paz y evitar las guerras, el terrorismo y el fundamentalismo?, ¿cómo serán las migraciones?, ¿habrá algún limite al proceso de globalización?, ¿cómo se resolverá la cuestión de la energía y del agua?. También podemos preguntarnos a quiénes beneficia y perjudica todo este proceso, y si el hombre en su esencia estará mejor o peor. El abanico de preguntas y respuestas posibles se extiende al infinito. Y todos los temas son relevantes, sobre todo en una perspectiva de largo plazo. Los cambios en la organización económica de los países asiáticos (en particular China), la disponibilidad de las nuevas tecnologías, la abundancia de mano de obra y los altos niveles de ahorro, hacen que estos países puedan seguir creciendo por un largo período a tasas muy elevadas. Claramente se han convertido en motores dinámicos del crecimiento global. Pero también hay crecimiento en muchos otros países emergentes. A la vez que aparezcan nuevas oportunidades y posibilidades de crecimiento, se mantendrán o profundizarán rasgos que son perjudiciales para las economías no desarrolladas. El proteccionismo agrícola que dificulta o impide aumentar las exportaciones, junto con la inestabilidad de los movimientos financieros que provocan crisis recurrentes, el no cumplimiento del 0,7 % del PIB que los países industrializados se comprometieron destinar a los países carenciados y en vías de desarrollo. Es evidente que muchos de los ejes del proceso de internacionalización requieren ser revisados. Pero se debe actuar rápidamente, porque todo es tan acelerado que deja poco tiempo y espacio para el reacomodamiento, tanto de las personas como de los países Todos estos cambios preanuncian el inicio de una nueva etapa en la geopolítica y en la economía. El eje irá pasando del Atlántico al Pacífico. Por ejemplo, el PIB de los países que están en la ribera del Pacífico (China, Japón, Estados Unidos, Corea, etc.) ya representan más del 60% de la economía mundial. De continuar las actuales tendencias, en 2040, China podrá tener el mismo PIB a PPA que EEUU; India será el tercer país más grande seguido por Japón. EEUU y tres asiáticos ocuparán los primeros lugares, y Asia, como dicen algunos, seguirá “recuperando” su primacía, habida cuenta de que hasta principios del XIX era el continente que concentraba la mayor riqueza del mundo7. Un cambio tan notable en la economía provocará también modificaciones en la participación de los países emergentes en los organismos internacionales. Seguramente esto llevará tiempo, por la enorme distancia tecnológica y de gastos militares entre EEUU-Europa y Asia, y porque cambiar las formas en el manejo de los organismos multilaterales. A los líderes les corresponderá considerar los asuntos más problemáticos y urgentes que el mundo afronta en nuestros días, como son la economía mundial, el cambio climático y la seguridad energética.

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